VIDEOJUEGOS

Los videojuegos pueden ser una herramienta empleada en la Educación para el aprendizaje de valores, habilidades y conocimientos de una manera amena, original y entretenida. 

La inclusión de videojuegos en las aulas es una novedad que puede llamar mucho la atención en los niños y favorecer su aprendizaje, siempre y cuando se sepa elegir el videojuego correcto. 

En esta práctica se analizaron distintos videojuegos para ver su posible uso en las aulas. 

Los videojuegos son adecuados para utilizarlos en las aulas dependiendo del tipo de videojuego que sea. Siempre que el videojuego promueva el desarrollo de alguna capacidad en el niño, ya sea de relación con sus compañeros, de resolución de puzles, de desarrollo de estrategias, etc. el videojuego será adecuado para su utilización en las aulas. Además, junto con esto, hay que considerar la edad de los alumnos y tener en cuenta el código PEGI.

Los cinco videojuegos analizados fueron los siguientes:

• Mario Run: es un videojuego arcade, de plataformas y aventuras, calificado según el código PEGI como PEGI 3 que desarrolla habilidades de coordinación, rapidez y estrategia. Su uso sería adecuado para niños de primaria ya que no implica ningún acto de violencia ni palabras malsonantes, y en él los niños deben pasarse los sucesivos niveles en el menor tiempo posible y consiguiendo el mayor número de monedas, lo cual supone un reto para ellos y un proceso de superación.

• Call of Duty: Heroes: es un videojuego de acción, estrategia, habilidad y lucha, calificado como PEGI 12, que desarrolla distintas habilidades como la rapidez, los reflejos y la estrategia. Este videojuego no es apto para los niños de primaria, ya que incita a la violencia y a la matanza, por lo que no se debe emplear en las aulas, al no inculcar los valores adecuados para un niño de Educación Primaria. 

• Homescapes: videojuego tipo puzzle de habilidad y estrategia (PEGI 3), apto para los niños de primaria ya que se basa en sencillos retos en los que no se llama a la violencia, y con lo que los alumnos pueden desarrollar la capacidad de superación para conseguir pasar los distintos niveles, además de asociar los colores y las formas. Como docente, emplearía este videojuego en mi aula, pudiéndose emplear para aprender los colores o para exigir la cooperación entre alumnos para superar los niveles. 

• Need for Speed: videojuego de conducción que desarrolla la habilidad, los reflejos y la atención. Este videojuego está calificado como PEGI 7, por lo que es recomendado para mayores de 7 años y, en principio, sí sería adecuado para niños de primaria. Sin embargo, en algunos casos, se incita a la violencia e ilegalidad, por lo que en mi opinión no es adecuado. De esta manera, no lo emplearía en las aulas de Educación Primaria ya que considero que hay videojuegos que desarrollan las mismas capacidades y habilidades que este sin recurrir a la violencia e ilegalidad. En este juego se exceden los límites de velocidad, no se respetan las señales, se hacen adelantamientos peligrosos, etc. y esto podría provocar que los niños lo asemejaran con la realidad y no respetaran las normas de seguridad, sin distinguir lo virtual de lo real. 

• Pro Evolution Soccer 2018: videojuego deportivo, calificado como PEGI 3, que desarrolla ciertas habilidades como la superación, estrategia o trabajo en equipo. Es apto para niños de Primaria ya que, sobre todo, se puede favorecer el trabajo en equipo. Hay veces que resulta complicado integrar a un niño en el grupo de clase, y con este juego se podría trabajar en ello mediante la cooperación entre los miembros del equipo, por lo que, como docente, lo emplearía en las aulas. 

Por otra parte, también se presentó un videojuego y se analizaron sus características y su posible uso en las aulas. En mi caso concreto, fue Minecraft.


En cuanto a los criterios de evaluación y objetivos que desarrollarían los niños tras la utilización de alguno de estos videojuegos, uno de los posibles objetivos sería la utilización de aplicaciones y entornos visuales, seleccionándolos adecuadamente para el enriquecimiento del entorno personal de aprendizaje, y como medio de expresión personal, social y cultural. (O.CPD. 4), siendo el criterio de evaluación el conocimiento de diferentes tipos de aplicaciones y servicios en red, utilizándolos adecuadamente y respetando las normas básicas de comportamiento y el derecho de autor (CE.3)